Este fin de año tuve las mejores vacaciones de mi vida.
En la empresa que trabajo somos únicamente tres personas, dos somos costarricenses y uno es estadounidense. Hace como 1 año que el estadounidense está planeando venir a Costa Rica por primera vez y traer a su familia a vacacionar, así que este 21 de diciembre viajaron desde Illinois, USA, donde se estaban literalmente congelando y junto con toda su familia nos fuimos a pasear a dos hoteles en dos de las zonas más bonitas de nuestro país.
El primer hotel fue el Royal Corin en La Fortuna de San Carlos, al puro frente del Volcán Arenal. La Fortuna de San Carlos es una de las zonas más turísticas del país ya que está muy cerca del Volcán Arenal, uno de los más hermosos y activos del país. Con mucha suerte se pueden observar algunas erupciones, que son muy espectaculares de noche.
Después de un viaje de unas 4 horas en carro, llegamos el domingo 21 en la noche al hotel y nos sorprendió el lujo y los detalles del hotel. Las habitaciones son muy grandes, completas y con exquisitos detalles. Inclusive tiene un jacuzzi de alta tecnología con pantalla, equipo de sonido, teléfono y otras curiosidades.
Como estamos enfiebrados con Guitar Hero World Tour, llevamos todo lo necesario para jugar, pero cuando llegamos a conectar todo, nos dimos cuenta que llevamos todo a pasear ya que no llevamos el cable de poder del Wii. ¡Qué idiotas!
El hotel tiene varias piscinas, jacuzzis y cascadas de aguas termales, tomadas de manantiales subterráneos de ríos calientes que provienen del Volcán, todo rodeado de jardines espectacularmente bien cuidados. Y al final de la piscina un wet bar, donde se pueden degustar cualquier tipo de bebidas y snacks, sin salir de la piscina.
El hotel está decorado con mucho arte oriental.
La habitación tiene un excelente vista a las piscinas y al Volcán que curiosamente no se despejó al 100% durante toda la estadía.
Al día siguiente decidimos ir a visitar el Parque Nacional Volcán Arenal y de camino nos encontramos con una manada de pizotes que se acercan a la carretera para ver si los turistas les dan algo de comida.
Al llegar al Parque Nacional nos dirigimos inmediamente al mirador donde se tiene una muy buena vista del volcán, aunque como dije antes, nunca se despejó al 100%.
Después de estar un rato en el mirador, nos fuimos al sendero de "las coladas" que son los restos de la lava que el volcán derramó en la última gran erupción de 1994. Después de unos 25 minutos caminando se llegan a las primeras rocas de lava solidificada y si se sigue subiendo se tiene una impresionante vista del volcán y al otro lado de la laguna artificial de Arenal.
En ese punto se pueden ver enormes rocas rodando desde el cráter hacia abajo e inclusive se puede esuchar el ruido que hacen donde caen. Sencillamente espectacular.
Al día siguiente decidimos conocer el Lava Bar que se encuentra en el último piso del hotel y tiene una vista espectacular, además de una decoración y comodidades exquisitas.
Después de 3 días de disfrutar de un servicio, comidas, bebidas y comodidades increíbles, el 24 ya nos tocaba viajar desde La Fortuna hasta Playa Potrero Guanacaste.
El viaje que debería de haber sido de unas 3 horas máximo, se demoró porque el carro que habíamos alquilado, un enorme Chevrolet suburban falló y nos dejó botados un par de kilómetros después de Nuevo Arenal. Yo llevaba mi carro, pero obviamente no cabíamos todos y menos con el montón de equipaje que llevabamos entre todos. Así que luego de negociar con la empresa del rent-a-car y buscar ayuda local logramos conseguir una microbus que los llevara hasta Playa Potrero, nuestro próximo destino.
Llegamos apenas para apreciar el impresionante atardecer en la playa.
El hotel Bahía del Sol es bastante bonito, pero quedó totalmente opacado por el lujo y detalles del anterior hotel donde nos habíamos hospedado, sin embargo tenía un plus, la playa.
El hotel tiene una piscina muy buena, también con wet bar.
Las habitaciones y suites son muy completas y quedan en medio de una selva simulada llena de plantas y flores tropicales.
Al segundo día decidimos hacer un Canopy Tour para llevar a nuestros amigos norteamericanos a vivir uno de los tours de aventura más famosos en Costa Rica. El canopy al que fuimos es en medio del bosque tropical seco de Guanacaste y es de 12 cables, de los cuales el más largo es de 350 metros. La verdad no estuvo tan mal, solo que yo ya había hecho uno de los mejores Canopys del país en Monteverde (con el cable más largo de 800 mts.), así que lo vi regular, pero aún así lo disfruté.
Para el tercer día alquilamos un par de Jetskis y por primera vez viví esa experiencia llena de adrenalina al correr a más de 80 kilómetros por hora sobre el mar. Ha sido una de las experiencias más intensas de mi vida. Lástima que no pude tomar fotos.
Al rato de andar en el Jetski ya uno le va tomando confianza y en un momento que iba con mi compañero tico, yo manejando, al hacer alguna maniobra él cayó del agua, pero no le pasó nada. Al subir de nuevo al JetSki me dijo que se iba a desquitar y trató de botarme en varias ocasiones al realizar maniobras muy fuertes, pero yo iba bien agarrado así que si nos caíamos nos caíamos los dos. Y en efecto íbamos a toda velocidad y al hacer un giro rápido nos caímos, calculo que a más de 75 kph. Yo me golpeé el estómago en la caída y perdí el aire, por lo que al salir a la superficie ayudado por el chaleco flotador, no podía respirar bien y me tomó un par de minutos respirar tranquilamente, hasta que llegó mi amigo estadounidense a rescatarme en el otro JetSki. Luego de eso me llevó a la playa y ahí estuve recuperando el aliento un rato antes de volver a montar.
En la tarde, ya recuperado, tomamos un tour de esnórquel, en el cual un barco velero nos llevaba por más de una hora a una hermosa playa desierta de arena blanca y aguas turquesas donde hay un pequeño arrecife excelente para la práctica del esnórquel. El viaje en velero fue espectacular y lleno de comodidades, bebidas y comidas. La tripulación estaba siempre pendiente de nuestra comodidad y de nuestra sed.
Al llegar al área de esnórquelin, me animé y me mandé, pero como no se nadar, me coloqué un chaleco flotador y viví mi primera vez en esta experiencia. Tuve ciertas dificultades para hacerlo bien y luego de un descanso lo intenté de nuevo y fue increíble ver tantos peces multicolores y otros seres del mar como medusas, corales, etc.
Al final, para retornar al barco había que nadar como 200 mts. y aunque lo intenté, como a medio camino vi que no podía llegar sin ayuda, así que una vez más mi compañero llegó a rescatarme en un kayak y me llevó de regreso al barco, donde nos dieron mucha comida y bebidas y así logré recuperarme.
Para cerrar con broche de oro, logramos ver 2 ó 3 delfines que pasaron a la par del velero rápidamente y luego el capitán nos llevó a la bahía de Flamingo a ver la puesta del Sol.
Al día siguiente ya teníamos la salida del hotel, pero aproveché para recibir un delicioso masaje de cuello, espalda y hombros para terminar de liberar las tensiones del día anterior.
Y así culminaron las mejores vacaciones de mi vida... por el momento.
Pronto... Las vacaciones de Optimus Prime en Costa Rica...
Más fotos:
Álbum de vacaciones en la Fortuna.
Álbum de vacaciones en Playa Potrero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario