Este es la primera entrada de este blog en la que voy a escribir algo personal. Necesito expresarlo.
Como dice el título, Costa Rica todo el mundo, o una buena mayoría, hace lo que le da la gana.
Siempre he tratado de ser una persona responsable, que se esmera en respetar la leyes, por respetar a los demás, por no incomodar a los demás, a veces creo que rayo en el extremo, sin embargo sí me choca bastante el otro extremo.
Una buena parte de la población tiene una filosofía de vida demasiado egoísta y solo tratan de hacer lo que puedan para beneficiarse, aunque esto incluya perjudicar a los demás.
Esto se puede ver fácilmente en la forma en que manejan sus carros la mayoría de esas personas: se estacionan donde les de la gana, adelantan innecesariamente y arriesgando su vida y la de las demás personas para ganarse 2 minutos, se pasan los semáforos en rojo, conducen bajo los efectos del licor, etc. Lo peor de todo es que las rídiculas leyes de tránsito son risibles, lo que hace que esta gente siga conduciendo de esa forma, sin que reciban ningún castigo que les duela. Esto, unido con la suavidad de la mayoría de los inspectores de tránsito, hace que las calles de este país sean un caos.
También, se nota mucho en cómo está la delincuencia en este país. Los indigentes roban cable eléctrico, equipo de las torres celulares, las tapas de las alcantarillas, lo venden a las fundiciones y chatarreras y con eso tienen para comprarse su piedra de crack. ¿Las leyes y las autoridades? Bien gracias. Robos de pequeños valores nunca significan castigo contra los delincuentes. Jueces liberan a narcotraficantes porque pobrecitos, cómo van a pasar la Semana Santa en la cárcel.
Gente bota basura en lotes baldíos, Sindicatos de JAPDEVA, RECOPE, ICE y otras instituciones mantienen una serie de beneficios personales y económicos indignantes, sobornos en instituciones públicas y muchos otros etcéteras que me llevaría mucho tiempo ennumerarlos.
En resumen la mayoría de estos son problemas, son problemas de actitud. La típica actitud de los ticos, "porta a mi", el "pobrecito" y el "a mí no me va a pasar". Si todos lograramos cambiar esas actitudes por actitudes como "no hacer lo que no me gustaría que me hicieran", el sentido común y la responsabilidad, habrían cambios tan impresionantes que nadie se lo creería.
Bueno, ya me deshagué. Eso era lo que quería expresar.
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